No es ningún secreto que los Utah Jazz no están precisamente en su mejor momento de la temporada. Después de empezar con buen pie la campaña, se han tropezado con su primer gran obstáculo en forma de 6 derrotas consecutivas. Vamos a analizar por qué ha sucedido y si es sólo un pequeño bache o algo más profundo por lo que preocuparse.
El equipo de Salt Lake City ha cogido una nueva forma tras la marcha el pasado verano de su referente interior, Carlos Boozer. Tuvieron que moverse en los despachos en busca de alguien capaz de hacer que la ausencia de su máximo anotador durante las últimas campañas no se notara, y lo encontraron en la figura de Al Jefferson. Sin embargo, la directiva Jazz, como viene siendo habitual, en su política de austeridad dejó marchar a 2 piezas fundamentales más a parte del Ala-pívot All-Star. Kyle Korver y Wesley Mathews abandonaron la franquicia y para sustituirles, se contrataron dos jugadores de corte muy distinto, Raja Bell y Earl Watson, además de la incroporación vía draft de Gordon Hayward.
Tras estos grandes cambios en la plantilla, Jerry Sloan ha venido teniendo muchos problemas a la hora de confeccionar su roster principal y establecer las distintas rotaciones. Después de haberse disputado ya media temporada, el "head coach" aún no se ha decidido definitvamente sobre quien es el alero titular del equipo, jugando algunas veces el ruso Kirilenko y otras tantas CJ Miles.
Los roles en la rotación tampoco están nada claros. Watson y Price se turnan en el puesto de playmaker suplente. El rookie Hayward a veces juga casi 20 minutos y otros partidos ni si quiera pisa el parqué. Con la recuperación del turco Okur, la rotación interior que hasta el momento había sido la más estable, también se ha desajustado.
Pero a parte de los problemas de dirección desde el banquillo, hay varios jugadores que han bajado considerablemente sus prestaciones. Paul Millsap empezó la temporada con números de Ala-pívot All-Star. Sin embargo, su producción ha caído considerablemente en el ultimo mes de competición. Raja Bell está atravesando una racha horrible en su tiro exterior. Siendo un jugador de alrededor de 30 minutos por partido su aportación está siendo escasísima en ataque y bastante peor en defensa de lo que en un jugador de sus características cabría esperar. Finalmente, la producción de los dos aleros también ha ido de mal en peor, ya sea por falta de confianza por no conocer cuál debe ser su rol en el equipo o por un bajón físico.
Expuesta toda la problemática, cabe resaltar que no todo son malas noticias para los seguidores Jazz. Deron Williams está realizando un campaña fabulosa, situándose sino como el mejor base de la liga, entre los tres mejores. Su progresión parece no tener límites, siendo de todos los playmakers el más completo. Demostrando una y otra vez que puede echarse el equipo a las espaldas sin problemas y hacer siempre mejores a sus compañeros.
Al Jefferson también está mostrando cada vez más una mayor adaptación a los esquemas tácticos del equipo. Mejorando paulatinamente sus números y siendo la referencia en el poste.
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La reincorporación de Okur, cada vez en mejor estado físico, también se antoja una buena noticia a largo plazo, sobretodo en vistas a Playoffs. Tener al turco en plenas facultades es una gran garantía, dado el abanico de soluciones que puede aportar. Siendo tanto Jefferson como Millsap jugadores netamente interiores, tener un 7 pies capaz de anotar desde fuera de la linea de 3, hace que el equipo sea mucho menos previsible.
Aunque no cabe ninguna duda en que el equipo sólo puede ir hacia arriba, con los mimbres actuales de la plantilla y aún fijando adecuadamente el roster y las rotaciones, estos Jazz son claramente peor conjunto que el de las pasadas campañas. Luego, para tener alguna aspiración real a luchar por el anillo, debería haber movimientos en los despachos vía trade, sobretodo en forma de un escolta anotador de garantías, ya sea para ocupar el puesto de titular o para salir desde el banco como sexto hombre. Sin embargo, conociendo el quehacer de la directiva esto se antoja poco probable, por no decir imposible.
En definitva, si nada nuevo ocurre, el Jazz seguirá con su melodía de siempre, siendo un equipo medianamente competitivo, pero incapaz de luchar contra los mejores conjuntos de la liga.